domingo, 2 de noviembre de 2008

El veneno. ( Breve relato de mi primera singladura )

EL VENENO


BREVE RELATO DE MI PRIMERA SINGLADURA



Hasta esas fechas, yo solo había hecho varias regatas en Bilbao, de unas pocas horas de
duración y alguna travesía corta por la costa, Getxo-Laredo y vuelta, amen de las escuetas
practicas de PER y PY. Y estaba loco por navegar mas en "serio", deseaba ponerme a prueba, materializar mis sueños y comprobar si de verdad lo que yo presentía: que la vela me gustaba, era cierto, a veces pensaba en mi interior que quizás a la hora de la verdad, navegando mas tiempo seguido, estando días sin tocar tierra, sin las comodidades de la vida cotidiana, tal vez ya no me gustaría tanto. Ya me ha pasado con anterioridad, aficiones que crees tuyas , cuando las practicas dejan de gustarte, por dificultad, por que te aburres, por que es siempre lo mismo......etc. Pues bien de buenas a primeras mis deseos se hacen realidad ,me invitan al transporte de un barco, que va a participar en la Sotogrande Martinica, para llevarlo de Bilbao a Sotogrande, no me lo puedo creer, por fin una travesía de "verdad". Soy previamente advertido de las dificultades que tiene una navegación de este tipo, sobre todo por las fechas en las que estamos, pero yo ya casi ni escucho, la emoción me arrastra, si, si, si yo me apunto, da igual lo que me digan amigos, familia, entendidos......
He de decir que yo casi no conocía el barco(Hanse411) y muy poco a los demás tripulantes, a algunos nada, pero mi decisión estaba tomada. Quedamos en el puerto de Getxo el día 1 de Diciembre, en casa yo había hecho y desecho la bolsa varias veces, no sabia que iba a ser imprescindible y que no, el capi me había dicho que solo una bolsa por tripulante y entre el traje de agua, las botas, el saco........etc., hacia años que no estaba tan nervioso, por fin metí lo justito y en marcha. Estuve puntual como en mi primera cita adolescente, poco a poco fueron llegando el resto de compañeros, pero yo veía sus caras y notaba que algo pasaba, llovía a mares y aun estando amarrados el barco escoraba un montón debido al vendaval reinante, así que se reúnen en petit comite y deciden que así no se puede salir, yo no sabia si llorar o reír, vivo en la Rioja, trabajo y ya había cogido mis días de fiesta, pero se que tienen razón, es de locos poner el barco y a nosotros mismos en peligro, así que me citan para el lunes siguiente, media vuelta y para casa a negociar con la jefa nuevos días de fiesta, después de varias suplicas y promesas varias consigo lo que quiero (la jefa del negocio es mi mujer). Llego el lunes al puerto y el marinero que trabaja allí me dice que si no sabemos leer los partes, que a donde vamos con ese tiempo, que estamos como cabras.......... oiga yo voy donde me manda mi capitan y sacabao. Ya en el barco las mismas caras de preocupación, pero el capi esta decidido, vamos a salir, es el tercer intento y no va quedando tiempo para estar antes de Navidad en Cádiz. Las previsiones dicen que según avance la semana mejorara, salimos a mar abierta, viento del W de 27 nudos y una marejada del copon, vamos a motor y con la mayor con dos rizos, pero el animo general es bueno, aunque a mi me empiezan a surgir algunas dudas, procuro que no se me note, llueve a mares y aquello se mueveeeee, incluso se plantea dar media vuelta pero no, nosotros palante, aunque tenemos que meternos en Santoña porque la cosa esta realmente mala, amarramos y el capi prepara una buena cena, después se asignan las camas, a mi como ronco, me meten en un camarote lleno de grandes sacos(velas de recambio y todo tipo de pertrechos)en el que casi ni entro, dios mío que claustrofobia, y encima me dicen que si se me oye mucho van a cerrar la puerta, menuda nochecita. Por la mañana buen desayuno y enseguida en marcha, sigue la previsión de mejoría, pero llueve y hace mucho frío, vamos dando unos pantocazos de impresión y así vamos avanzando hacia el W, a motor y con dos rizos. Por la tarde se organizan las guardias de 2 en 2 cada dos horas, pues pensamos que con ese tiempo de noche cuatro horas puede ser mortal, yo a todo esto tumbado abajo no me atrevo a moverme pues mi estomago esta en pie de guerra y no quiero que se me note, creo que soy el único mareado y tengo una imagen que defender, pero cuando veo que algún otro esta como yo, no aguanto mas y me desahogo en cubierta como puedo, joder que mal rato, aguantando como un pardillo cuando después me entero que menos Rufino (un perro muy majo del capi que llevamos a bordo) todos se han mareado, en fin cosas de novato orgulloso. Las guardias no se hacen muy largas, pero el frío y la humedad, hacen estragos en mí, esa tarde llamo a mi mujer y le confieso que no se si aguantare, estoy realmente hecho polvo, helado y muy asustado. El miércoles al amanecer ya divisamos el Cabo de Peñas y a las 9 entramos en el puerto de Gijón a hacer gasoil y algunas compras, fijaros que tiempo hacia que en el pantalan de transeúntes el único barco era el nuestro, nadie mas navegando por alli .Al mediodía salimos con mejor tiempo, pero se anuncia otro frente por el W, estamos contentos porque nos hemos duchado, hemos desayunado bien y navegamos a vela, a mi ya me ha cambiado el animo , me he marinizado, me encuentro integrado en la tripulación y estoy convencido de que voy a aguantar. Al atardecer vemos Tapia de Casariego, vamos a vela a 7 nudos y paralelos a la costa, a media noche a lo lejos vemos el faro de Estaca de Bares...........
Jueves día 8 el anunciado frente se nos hecha encima, vuelve a diluviar y hay vientos de F7, acabo mi guardia a las dos de la mañana y me voy para abajo en cuanto sale el relevo, solo me quito las botas y el traje de agua y me meto en el saco con el resto de la ropa puesta, hay un compañero hecho polvo, y el barco huele fatal, esta todo revuelto, a ver quien es el guapo que se pone a ordenar y recoger teniendo que salir de guardia otra vez a las seis, me acuesto en el camarote de proa que esta vacío y al poco me doy cuenta de por que, los pantocazos hacen que literalmente vuele hasta el techo, pero me da igual no tengo ganas ni fuerzas para salir del saco ahora que he entrado en calor, me agarro como puedo y enseguida me duermo, parece mentira lo rápido que se me han pasado los miedos de la primera noche en que amarrados y todo yo casi no pegué ojo metido en aquel agujero, ahora en estas condiciones de mar es el mejor pues como vas embutido apenas te mueves. Sobre las seis oigo que el capi que es mi compañero de guardias ya esta fuera , estamos entre Estaca y Ortegal hay vientos de 33¨ y estamos como clavados en el mismo sitio, el capi ordena dar media vuelta, pero los otros le dicen que con lo que han peleado para doblar el cabo quieren seguir, pero no ha lugar, las condiciones son extremas y en seguida comprenden que es un esfuerzo inútil y además una temeridad seguir paleándose con esas tremendas olas y esos vientos que amenazan romper todo lo que se ponga por delante, así que media vuelta y entramos en Cariño, un pequeño puerto donde abarloamos a un pesquero y descansamos cuatro horas hasta que el tiempo parece mejorar. El capi además de buen cocinero es un excelente psicólogo y después de la noche terrible que hemos pasado prepara un desayuno a base de huevos fritos con chorizo y panceta que nos ponen las pilas a tope y otra vez a la mar a doblar Ortegal por segunda en pocas horas ,y cosa de meigas oiga(será que estamos por Galiza) el tiempo ha mejorado muchísimo, si no lo veo no lo creo, solo han pasado cuatro o cinco horas desde que nos metimos corriendo en Cariño, y navegamos a vela con el cielo despejado y aunque el frío sigue siendo intenso, la sensación de estar seco es muy agradable. Por la tarde pasada ya la Bahía de A Coruña, rumbo sur y otra vez a motor, la convivencia es magnifica, hay tiempo de charlar, compartir experiencias, contar anécdotas, hacer unas risas.......después de la tormenta vuelve la paz. Esa noche sobre las tres nada mas pasar Fisterra, el capi y yo izamos las velas pues el viento ha rolado del ENE, hace mucho frío pero el cielo esta totalmente limpio de nubes y es una autentica gozada volar por las olas después de tanto motor. Esa noche no la olvidare jamás pues los dos solos en la bañera estuvimos hablando de lo divino y de lo humano, mientras maniobrábamos me contó de sus navegaciones, de sus anteriores barcos, de cuando haciendo una regata en solitario en plena noche una mala maniobra le partió la cara y a punto estuvo de caerse por la borda. Pero sobre todo la recordare porque me enseño las estrellas, me enseño Orión y su cinturón, Casiopea, Las Pléyades, La Polar, La constelación de Escorpio...........que maravillosas sensaciones, se me olvido el frío, el dolor de espalda, el miedo, allí solos los dos gobernando aquel precioso barco, me sentí un autentico "nauta", dueño de mi destino, poderoso, pleno y descubrí que esto me gusta, así de sencillo y así de complejo, debe de ser ese veneno que dicen que tiene la mar, que si lo pruebas ya no te liberas de el. Al amanecer vemos Las Cies, que preciosidad y entramos e Bayona, hacer gasoil, compras, ducha pero sobre todo ha celebrar que he pasado los cabos mas importantes del Cantábrico, según me cuentan tengo que invitar a cava, pero yo les digo que puesto que estamos donde estamos mejor ribeiro y pulpiño a feira, todos de acuerdo y a brindar, aprovecho y compro unos recuerdos para la familia. Salimos de Bayona como unos generales o mejor almirantes, el pulpo muy bueno y el ribeiro superior, algunos medio chispas íbamos oiga. Tenemos que encender el motor otra vez, pues no hay viento suficiente para navegar como nos gustaría, el mar esta lleno de palangres, unos balizados, pero otros muchos no tienen mas que una sucia boya, que no se ve hasta que estas encima, es muy estresante, todos pendientes pues sabemos que si enganchamos uno la avería puede ser importante, así pasamos el día de guardia en la proa avisando y maniobrando `para evitar quedarnos enganchados, ya por la noche el viento vuelve a rolar del NE y con puntas de hasta 20¨ y volvemos a disfrutar navegando a toda vela, pero era muy bonito para que durara, a eso de las cinco de la madrugada, nos despiertan unos fuertes golpes en el casco, todos pensamos que ha pesar de la vigilancia nos había pescado un maldito palangre furtivo, no se veía nada pero de los 7-8 nudos que íbamos haciendo nos quedamos en 3 de repente, así que la conclusión era fácil de sacar, no podíamos hacer nada hasta que amaneciera y viéramos que era lo que nos frenaba de aquella manera. Con las primeras luces vemos que por popa salen unas ramas, colgados las enganchamos con una driza y tiramos, sacamos una rama delgada de unos dos metros de largo, pero el barco no navegaba como debiera, así que se barajaron distintas opciones, entrar en puerto, continuar, pero el capi decidió que allí mismo lo arreglaba o por lo menos averiguaba que teníamos debajo, así que ni corto ni perezoso se coloco un traje de neopreno y al agua, nosotros que si los tiburones, que si el frío, pero el al agua, que pa eso somos de Bilbao oye, y saco no sin esforzarse un tronco mediano de unos tres metros de largo con todas sus correspondientes ramas, si es que el agua esta llena de cosas. Volvió a bordo, ducha caliente allí mismo y navegando, derechos a Peniche donde yo me desembarque. Ya no me quedaba tiempo, había que volver al trabajo, pero ya estaba “contaminado”, el veneno de la sal me había penetrado. Desde aquí un recuerdo emotivo a mis compañeros de travesía con los que seguro volveré a embarcar pronto.

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